Hoy es la noche de las noches,
inédita sombra que se sabe malherida.
Rugen tempestades en mis yoes
diluviando rojos en las sombras
y mareas púrpura embisten las ciudades,
pintando nirvanas en orgasmos falsos,
orgasmos azules en alcohol.
E insaciable el filo del verdugo
en la religión del poro traza incisos.
Y morir es sólo una quimera,
el acto postrero de perder la zapatilla.
Y yo la sentencia, la ruptura inevitable
entre la esencia y los dominios de la carne.
Y bullen los seres
que asfixian las velas en los labios
y cierran los párpados al verbo de las culpas.
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máscaras inertes.