A mi paso se iluminan rostros muertos, como cruces de cemento que no se dejan esculpir. Los miro, son monumentos, y sin embargo siento como se retuercen... joviales. Son caras, pero no tienen facciones. En cada uno de ellos hay un espejo, en unos me reflejo fiel y desnuda, en otros soy un monstruo.
En momentos llego a olvidar quién soy...¿seré una cara muerta, el último soplo de un pulmón o soy estos colgajos de piel harapienta?
Al final descubro que soy todo y cada uno de mis temores...
Asco de Espejos
ResponderEliminarMuy buena entrada, depresiva como siempre
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