Oyes.
Los labios morder la cal que embadurna la llamada del viento.Me sumerjo tan adentro que el viento ha hecho mueca en mi vientre tenso. Ardúo y fructífero porvenir que hechizaron mis ancestros para mí. Las llamadas: ¿Oígo otras razas? Son muertes seguras o incrédulas aventuras. Mi abstracción da igual, no soy de ordenar el tiempo, ni allá ni aquí donde se entone la glándula pineal. Si viaje, o viajo sin razón no importa. Mi neurona va al son del descubrimiento, de la desazón, del picoteo y el lenguaje, sobrio en mis adentros. Traspaso la maravillosa ciudad en la que me postré cual estatua. Sin ser, ni vuelo ni caminar. Observadora de miradas rutinarias, en la misma ''hora'' y la misma ''zona'', puesto que el espacio y el tiempo no existe. Alcanzo mi mano, una manzana viene del otro lado. La muerdo, un toro viene hacia mi epitafio. No soy Clotilde la loca ni la zarigüeya. No soy María la de los palotes ni un caballito de mar. No existimos ni venimos. Somos en una vía andante loca donde todos los nombres suenan de forma dispar y las manos se tocan para crear. Somos un sentido de otro sentido y ante viceversa creación me maravillo. Dependientes de lo que dependen los que no dependen y dependen.
Los labios morder la cal que embadurna la llamada del viento.Me sumerjo tan adentro que el viento ha hecho mueca en mi vientre tenso. Ardúo y fructífero porvenir que hechizaron mis ancestros para mí. Las llamadas: ¿Oígo otras razas? Son muertes seguras o incrédulas aventuras. Mi abstracción da igual, no soy de ordenar el tiempo, ni allá ni aquí donde se entone la glándula pineal. Si viaje, o viajo sin razón no importa. Mi neurona va al son del descubrimiento, de la desazón, del picoteo y el lenguaje, sobrio en mis adentros. Traspaso la maravillosa ciudad en la que me postré cual estatua. Sin ser, ni vuelo ni caminar. Observadora de miradas rutinarias, en la misma ''hora'' y la misma ''zona'', puesto que el espacio y el tiempo no existe. Alcanzo mi mano, una manzana viene del otro lado. La muerdo, un toro viene hacia mi epitafio. No soy Clotilde la loca ni la zarigüeya. No soy María la de los palotes ni un caballito de mar. No existimos ni venimos. Somos en una vía andante loca donde todos los nombres suenan de forma dispar y las manos se tocan para crear. Somos un sentido de otro sentido y ante viceversa creación me maravillo. Dependientes de lo que dependen los que no dependen y dependen.
Interesante tu sitio, pasare mas seguido aunque no veo entradas nuevas a tu blog
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